La euforia de la mal llamada revolución
ciudadana se vio frustrada con la falta de votos para una mayoría definitiva en
primera vuelta y con la probabilidad de una derrota en la segunda. Por esa
razón, los isamitas locales lloran y temen…
Entre ellos, llora y teme Víctor Gómez,
director de la “Compañera solitaria”. Llora y teme por el estado de la gestión
de la radio que hace agua por todos lados y se dispone a naufragar.
Pueden leer sus lamentos aquí: http://www.noticiasaliadas.org/articles.asp?art=7393#
Víctor Gómez, que al menos parecía ser era un
periodista más responsable que Alcibar (?), afirma sin dar ninguna prueba que
los Heraldos querían solamente trasmitir Misas y oraciones en la radio del
Vicariato y gestionar la radio con tan solo tres voluntarios. ¿Y eso?
¿Alguien supo de semejante proyecto en su
momento? ¿Quién lo dijo? ¿Dónde se publicó? Esta cosa tan inverosímil se suma a
las fábulas inventadas como el desprecio de los Heraldistas por las mujeres o el
cambio la Virgencita del Cisne por la de Fátima en catedral. “Miente, miente
que algo quedará”… decía el impío Vorltaire, isamita de su época.
Lo cierto es que sin misas, sin oraciones, y
sin los tres hipotéticos voluntarios, la radio se hunde. Hoy “se ha hecho muy difícil sostener un proyecto
de comunicación como el que ofrece Radio Sucumbíos”. “Si no llega el apoyo de
algunas entidades no gubernamentales, sólo podremos sobrevivir con la reducción
de personal y de programas. No
queremos que esto suceda”, dice Víctor Gómez. ¿No había razón en apostar a menos
empleados y a más espiritualidad?
Tantas mentiras emitidas, tantos empleados
con buena paga, tanta política y tan poca religión, tanto desprecio por los
comunicadores que no piensan igual (la totalidad de las otras radios de Lago
Agrio) y por los ciudadanos que no son de su misma tendencia político-social,
acabó llevando al desprestigio y a la ruina a la radio que nació oficialmente con
las bendiciones de Monseñor Gonzalo y, probablemente (bajo paño) la de algún
chaman amazónico… que le atrajo las desgracias que hoy padece.
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