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miércoles, 12 de agosto de 2015

Manía de secularizar…

En la reseña in memoriam que aparece en la página de los carmelitas de Burgos, descubrimos que nuestro Padre Jesús Arroyo fallecido hace tres años, se llamaba en religión Fray Jesús María de San José. http://www.ocdburgos.org/es/inmemoriam/index.asp?idsec=4&pagina=2

Que en paz descanse.


Probablemente cuando se mueran los otros carmelos que participaron de la pesadilla de los cuarenta años, sabremos sus bendecidos nombres de consagrados. Eso, si es que los carmelos burgaleses no barren de un plumazo la respetable tradición de publicar la lista de sus difuntos con el nombre con que San Pedro espera acogerlos en las puertas del cielo…

Fray Jesús María de San José ¡Cuánto más lindo es el nombre religioso que el civil, inclusive si en su cédula de identidad conservaba el nombre (insuperable) de Jesús! Barridos de un escobazo la Virgen y San José.

Es una manía isamita la de secularizar todo lo que se refiere a lo sagrado: Al Vicariato Apostólico le llamaron ISAMIS, a su Excelencia Reverendísima (!?) Monseñor Gonzalo López Marañón, Gonzalo o Gonzalito a secas (en el mejor de los casos, cuando no le ponían apodos irreverentes),  y así todo.

También a nuestra Santa Madre la Iglesia Católica, Apostólica y Romana la llamaron (entre otros nombres equívocos) Iglesia Comunidad Pueblo de Dios al Servicio del Reino, desde los pobres… un nombre que solo los iniciados alcanzan a comprender.

Solo falta que los sobrevivientes del naufragio isamita llamen al papa Francisco de Jorgito. En su mente seguro que lo están haciendo. A su predecesor, entretanto, no se atrevieron de llamarlo José. Aquel pontífice era muy respetable, y el nombre José es demasiado sagrado…



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