Llama la atención los achaques por que pasan
los carmelitas de Burgos, de donde nos vino el veneno isamita. En los últimos
cinco días, su blog ha publicado cinco notas consecutivas en su sección
“noticias” cuyos títulos son:
Hoja de difuntos n ° 44,
Fueron a la vida, a la luz, al amor,
El Padre Norberto Internado,
El Padre José Antonio García entra en quirófano,
El Padre Julio Oviedo operado de hernia inguinal…
Es preocupante.
Aquí en Ecuador -siempre haciendo eco a los blogs- se
constata que el blog Carmelo 4ever (“Jóvenes por siempre,
carmelitas de corazón” (?) está desactivado desde agosto del año pasado, y el
otro blog de la JUCAE (“Juventud
Carmelita del Ecuador-Hagamos algo por Sucumbíos”) que comenzó a existir cuando
Monseñor Gonzalo fue invitado a retirarse de Sucumbíos, está mudo desde julio
del 2013.
No se sabe a ciencia cierta si esas publicaciones
digitales son honestamente representativas de la juventud... Lo que es evidente
es que a la luz del día no se ven nuevas vocaciones, entre otras cosas porque
han abandonado los hábitos y los signos religiosos exteriores.
Los que algún día fueron jóvenes van cumpliendo sus años.
Los poquísimos que perseveraron en su vocación (son numerosas las deserciones
en las diversas etapas: postulantes, novicios y frailes profesos) terminarán,
como cualquier mortal, en quirófanos y en hojas de difuntos. ¡Y no se renuevan!
Es que un abismo atrae a otro abismo. Recordemos que en
la casa carmelita de Sevilla (Sucumbíos), convivían hace algunos años tres o
cuatro jóvenes varones supuestamente “vocacionados” con la misma cantidad de
muchachas estudiantes que hacían una “experiencia pastoral”… ¡Original modo de
reclutar vocaciones para la vía de la obediencia, la castidad y la pobreza!
Mejor no hablar de la promiscuidad de Puerto Libre, que
fue paralela a la ridícula fábula de que los heraldistas sostenían que las
mujeres eran impuras.
Ciertos carmelitas se empeñan en hacernos creer que el
espíritu teresiano misionero palpita en Ecuador y en Sucumbíos. Se han
aprovechado de la venida del bastón de Santa Teresa para decirlo una vez más. Los hechos desmienten esa otra fábula.
Si algún lector pro isamita se siente ofendido con esta
nota, que reaccione y refute lo que aquí se dice. Por ejemplo, desde las
páginas de los citados blogs-fantasmas Carmelo 4ever y Hagamos algo por
Sucumbíos.
Es normal que la gente entre en años, se enferme y,
finalmente, se muera. Lo que es lamentable es que no se renueven los cuadros.
Pero totalmente anormal es imaginar una realidad inexistente y pretender
imponerla contra la evidencia de los hechos.
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