Al cumplirse 40 años de
estancia en América Latina, el P. Pedro Pierre publica en “Religión Digital” (http://www.periodistadigital.com/religion/america/2016/02/26/40-anos-en-america-latina-como-sacerdote-sin-frontera-iglesia-religion-jesus-dios-papa-ecuador-nicaragua-italia-mexico-cebs-juventud-pobres.shtml) su triste curriculum de fracaso. Un fracaso que recuerda a otros 40
años: los de Isamis.

Dice que Leónidas Proaños y
Gustavo Gutiérrez fueron, igualmente, sus formadores. El “formando” ¿multiplicó
los talentos recibidos o los enterró?...
Vivió un tiempo en Guayaquil
en conflicto con su Obispo (Mons. Arregui) y otro tiempo en Quito, en conflicto
con su Obispo (Cardenal Vela).
Vivió también ocho en
Nicaragua en total armonía con sus gobernantes, los Sandino-marxistas… y un
tiempo en Sucumbíos en total armonía con su Vicario, Mons. Gonzalo López. ¡Que
daño hizo entre nosotros!
Reconoce que el visitador
apostólico del Vaticano enviado a Sucumbíos “sólo encontró cosas negativas en esta diócesis” y que Roma terminó
expulsando “indecentemente a monseñor
Gonzalo y a los Carmelitas encargados de la diócesis, sustituyéndolos por los
Heraldos del Evangelio con misión de reorganizar todo el trabajo pastoral”.
El diablo habla por su boca…
Sintetiza su labor junto a los
pobres como “solidaridad y acompañamiento”
(?), posturas que se distinguen del mandato formal de Jesús “Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos
sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo” (Mt. 28, 19). La “solidaridad” puede llegar a ser un sentimiento
cómodo y barato, y el “acompañamiento” una apostasía velada o declarada. En PPP,
es declarada.
Escribe que (esto último es
risible) “El Telégrafo, periódico público
nacional, me había pedido de escribir cada semana un artículo en la página de
opinión, "algo claro y directo", lo que continúo haciendo hasta hoy”.
¿Claro y directo? Las sandeces que publica PPP son de antología. Pero él
continúa a creer en su genialidad (nadie es buen juez de sí mismo).
Termina la biografía de sus
últimos 40 años diciendo a sus compinches: “Les
deseo ánimo en sus diversas actividades, invitándoles a ‘no dar marcha atrás'
en sus experiencias de Iglesia de los pobres y esbozos de un mundo que se
renueva desde los pobres por nuestros esfuerzos mancomunados”. En suma, se
gloria de horrores y errores, al tiempo que reconoce que “Actualmente he reducido mis actividades (…): los años pesan más y el
cuerpo se cansa más fácilmente”.
Esa es la suerte de todos esos
que ya pertenecen al pasado y que el tiempo se encarga de sepultar para dar
lugar una anhelada y necesaria renovación.
¿El balance de estos 40 años?:
actividad reducida y cuerpo cansado después de una vida fallida. A confesión de
parte, relevo de prueba. “Claro y directo” ¿no?
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