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lunes, 11 de mayo de 2015

«Sin sacerdotes no es posible la renovación de la humanidad»


3/05/15. El Sr. Arzobispo de Valencia, Card. D. Antonio Cañizares Llovera, expresó anoche ante cientos de jóvenes en la vigilia de oración mensual en la Basílica de la Virgen, que «hacen falta muchos sacerdotes hoy» y les alentó a rezar al «dueño de la mies» para pedirle «obreros para su mies».
«Algunos dicen que la falta de sacerdotes ‘es una señal de Dios´, y que ‘si hay pocos sacerdotes es para que los seglares sean mayores de edad en la Iglesia´». A ello replicó el purpurado que «eso es una tontería, sin sacerdotes no hay Iglesia, no hay laicado, no hay testigos cercanos del Evangelio».



Los isamitas ¿siguen creyendo que su iglesia ministerial siembra vida?

Celebrar la Eucaristía (fuente y cumbre de la vida cristiana), perdonar los pecados y ungir a los enfermos, es propio y exclusivo de los sacerdotes, es su función principal, su deber imperativo, vital, irremplazable. No es el ser animador sindical, asistente social, guerrillero o brujo…

De la salud y vitalidad del sacerdote depende la salud y vitalidad de la iglesia. “Rogad al Dueño de la mies para que envíe obreros a su mies”.

La salud y la vitalidad de nuestro Vicariato están gravemente afectadas, entre otras razones por que no se ora al dueño de la mies para que envíe obreros. Y los que fueron enviados… mejor ni acordarse: “papolatras”, “prestaditos”, etc. Es verdad que el tiro les salió por la culata, pues hasta los carmelitas tuvieron que retirarse. Pero el que pagó la cuenta fue el pueblo de Sucumbíos, siempre huérfano de auténticos sacerdotes (pensamos en los diocesanos, consolatos y algún otro, no en los josefinos, franciscanos y los venidos de otras diócesis).

En vez de “Rogar al Dueño de la mies”, los isamitas organizaron en Lago una “vigilia permanente” (?) de odio y de exclusión, y Gonzalo una “ayuno indefinido” inspirado en Gandhi (!), ayuno tan engañoso como inútil. Los valencianos son más realistas: hacen una “vigilia de oración mensual”; además son “cientos de jóvenes”… ¡Que diferencia!

Si el anciano Obispo Gonzalo, con su medallita de Caballero -que es la menor distinción de la Orden Nacional del Mérito (si al menos le hubiesen otorgado la de Comandante o la Gran Cruz…) se fue a predicar al África su “modelo de iglesia ministerial”, nos compadecemos del noble pueblo angolano sediento de genuinos sacerdotes, fieles al Evangelio y al Magisterio romano… no a la ideología cubana, pacto catacumbal o precolombina. 


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