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viernes, 2 de diciembre de 2016

PPP, entre los apologistas del crimen

El columnista Pedro Pierre (PPP), ex sacerdote francés refugiado en Ecuador, pone a Fidel Castro en los cuernos de la luna en un artículo publicado en El Telégrafo. Ya nos la veíamos venir… http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/columnistas/1/fidel-mito-y-faro

Pero para observadores y analistas imparciales, cubanos o no, el difunto no es más que un cruel tirano, un obcecado sexual, un histrión impresentable.

Sino, veamos algunos datos que están al alcance de quienquiera verificarlos… a no ser que se sea un fanático ideólogo isamita que vive en el reino de la utopía y dentro de una burbuja:

Fidel Castro, el supuesto amigo de los pobres, es (fue) una de las fortunas personales más grandes de la actualidad, por encima de la reina de Inglaterra y de emiratos árabes: 900.000 millones de dólares. Sus últimos años quiso mostrarse (o lo mostraron) como un viejo banal y zaparrastroso. Estaba lleno de oro a expensas de un estado y de un pueblo expoliado.

Además de los miles asesinados por sus armas de guerrillero, tanto en Cuba como en otras partes del mundo, el régimen castrista deja un legado de 7.365 ejecuciones político-religiosas con nombre y apellido, y de más de 20.000 presos políticos. Otro triste saldo: dos millones y medio de exilados. Cuba es, además, el país con mayor número de abortos en el planeta. ¡Es que la medicina cubana es formidable! Un país también donde la homosexualidad fue cruelmente reprimida con torturas y muerte al inicio de su tiranía, para después ser enaltecida y propiciada al punto de ser casi una epidemia, especialmente por la vía de la prostitución fomentada y el turismo oficial.

La vida moral personal de Castro es inmunda: entra las mujeres oficiales u oficiosas se cuentan unas ocho. Pero hay muchas más que fueron sus amantes, miles; él las llamaba “su tribu”. “Necesité amar cuanto matar”… llegó a declarar. Sus “hijos”, reconocidos o no, son incontables. Su vida sexual fue totalmente desenfrenada.

De su incómodo “amigo” el Che se deshizo sin escrúpulos mandándolo a morir, primero al África (no dio resultado) y después a Bolivia.

Cremado, el que fuera alumno jesuita y que utilizó la cruz y el rosario para hacerse pasar como católico durante su levantamiento contra Batista (otro tirano, pero niño de pecho al compararlo con el que ahora lloran los isamitas), ha bajado de los cuernos de la luna al abismo profundo…

Dinero, crimen y chiquero: Este es el legado y la historia del hombre que PPP ensalza enternecido.

Un tirano, asesino y sojuzgador cuando se muere es un tirano, asesino y sojuzgador muerto. Que haya fallecido no lo mejora ni lo hace merecedor de consideración. Tampoco impide que se lo denueste. Dejarle a la historia el juicio de un hombre malo es cobardía. Fidel muerto sigue siendo un hombre malo, tirano de su pueblo, sojuzgador de sus conciudadanos, asesino del diferente, merecedor de la peor de las condenas, tanto en la Tierra como en el cielo. Y quienes lo elogien públicamente deberían ser juzgados por apología del crimen, del robo y de la inmoralidad.

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