Para
constatar hasta qué punto los carmelitas españoles de Burgos (que son los padres
de Isamis) se han apartado del espíritu de su Orden y están inmersos en la
mundanidad (tan denunciada por el Papa Francisco), vean estos saludos y votos
de año nuevo:
El
Rotary Club, el emporio Disneylandia o ciertos complejos turísticos ajenos a la
moralidad de Las Vegas o de Cancún, celebran el año nuevo de la misma manera:
derrochando dinero y silenciando a Dios (nadie puede servir a dos señores…). Si
bien las luces artificiales son bellísimas… son artificiales. Falta la Luz por
excelencia: el Señor, la fe, la esperanza.
¡Falta
el carisma carmelitano! Con este talante ligth
los carmelitas de Burgos reciben el año nuevo, un año tan cargado de amenazas y
de esperanzas.