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viernes, 30 de diciembre de 2011

¡Por sus frutos se conoce el árbol!

Después de ver los resultados del fracaso de la experiencia de ISAMIS en Sucumbíos, nos viene a la mente la figura del obispo fundador y de su doctrina tan diferente de lo que enseña la Iglesia Católica. Como siempre, las herejías son rellenas de sofismas, incoherencias y mentiras. Basta observar un poco y los resultados saltan a los ojos.

Paseando por los frutos del trabajo isamita, constatamos que éstos están completamente podridos. De tal árbol... tal fruto:

Mons. Gonzalo y su secta isamita, que gracias a Dios fue sepultada por los sucumbienses alertados por Heraldos del Evangelio, prohibía pintar las iglesias. Cuanto peor presentadas estén, mejor será;

En cierta ocasión hubo quien ofreció material para la sacristía, telas y manteles bien cosidos y bordados, con la finalidad de honrar y respetar al Santísimo Sacramento, pero... un padre isamita dijo que “no había necesidad de estas cosas”...;

Otra vez fue ofrecido un traje para el Niño Divino Jesús, pero... “Él ya tenía demasiado, no necesitaba”...

También sucedió una niña se vistió bellamente para recibir con la dignidad y elegancia su primera comunión, pero... fue expulsada por el sacerdote para estar bien vestida y no “como los pobres”. No es necesario decir que la pequeña salió llorando, y los padres se apartaron de la Iglesia...

La secta también escondía las imágenes de los santos; las iglesias y los lugares de reunión parecían templos protestantes, fríos y sin signos religiosos.

Bellas imágenes eran recogidas para “restaurar” pero, lamentablemente, nunca estaban listas... Por ejemplo, una imagen de la Virgen del Carmen que perteneció a las religiosas de Puerto del Carmen, fue a parar en el sótano de Casa diocesana, donde estaba completamente empolvada, en el suelo...

La secta no quería hubiese sagrarios para guardar el Santísimo Cuerpo de Jesús Eucarístico;

Algunas señoras encomendaron y pagaron un sagrario para la iglesia del Divino Niño, porque se daban cuenta del relajamiento que había para con las especies Eucarísticas. El sagrario fue recogido y desapareció. Años más tarde fue visto todo desmontado y a pedazos…

La secta no inauguró ninguna capilla u oratorio en las comunidades indígenas apartadas que se encuentran a lo largo de los ríos;

Los niños que viven cerca de los ríos ni siquiera sabían hacer la señal de la cruz;

La secta fue muy innovadora en sus ritos... Sus “misas” algo diferente, a veces duraban todo el día,  intercaladas con refrigerios, conferencias, trabajos y pláticas; sin contar las celebraciones en las que se cambiaban Acto Penitencial por la “limpieza indígena” y a la Eucaristía por la “chicha”... (¡El lado colombiano quedaba asustado con el lado de acá! tenían certeza que no eran católicos...)

La secta, para su “modelo de Iglesia” quería hacer desaparecer la celebración de la Misa;

“¿Por qué los Heraldos comenzaron a celebrar Misa en la catedral todos los días?” Preguntaban ellos... “¡no necesitamos de Misas todos los días!”, Decían otros; ¿Para qué arrodillarse cuando el sacerdote levanta la hostia consagrada? Reclamaban otros...

ISAMIS fundó un nuevo “modelo de iglesia” que no respeta la autoridad del Papa, que no reza, que no celebra Misa, que no valora los sacramentos, y que por "amor a los pobres" recibía dinero, aunque nadie sabía adonde iba a parar, ni siquiera los pobres;

En el Vicariato había un desajuste de más de un millón de dólares, pero era por “los pobres”

Tal fue el "amor a los pobres", que dejaban desaparecer todo el dinero, para que éstos, continuando siendo pobres, fuesen así siempre objeto de su “amor”;

Las puertas de la catedral costaron por lo menos, 55 mi dólares - deben ser de cristal traído del paraíso...

Curiosamente, nunca hubo auditoria de las cuentas del Vicariato...

La secta se involucró en la política y promovía políticos de la región, y así estarían enteramente de acuerdo con ISAMIS; ellos le deben sus favores…

Que lo diga el asambleísta Aguilar o el alcalde...

Pero Dios nunca abandona a los pobres y nos envió a misioneros católicos para evangelizarnos. Sumamos más del noventa y ocho por ciento de la población que estamos a favor de los Heraldos del Evangelio que son fieles al Papa y ejemplo de dedicación en la labor misionera.

ISAMIS se dice que tiene el apoyo de toda la provincia, no pasa del dos por ciento; en general son los que están en algún cargo de importancia o recibiendo algún beneficio...

Curiosamente son estos los que reciben las donaciones, el dinero y otras cosas más, para el trabajo social al "servicio de los pobres”...

ISAMIS, después de realizar un trabajo tan catastrófico y nefasto, promovió después una campaña sin tregua contra Heraldos; es realmente vergonzoso.

Después de ver los frutos de los Heraldos del Evangelio, vemos que el árbol del cual ellos nacieron esta plenamente identificado a la doctrina de la Iglesia y al Papa.

¿Quiénes son los que apoyan a los Heraldos del Evangelio?

Son aquellos que al fin conocieron lo que es la Iglesia católica, recibiendo catequesis, reuniones para profundizar en la fe, clases sobre el Credo, los sacramentos con devoción y amor. ¡Si era suficiente participar en una Misa con los Heraldos que salíamos con más espiritualidad!

Son las 15.000 personas que participaron en las ceremonias de Semana Santa con los Heraldos;

Son las 8.000 personas que participaron en la procesión del Viernes Santo;

Son aquellas 2.000 personas que comenzaran a asistir a las misas dominicales en la Catedral;

Son aquellas más de 1.000 familias que se presentaron para bautizar a sus hijos;

Son aquellos millares de personas que no conocían la devoción a la Virgencita ni el rezo del Rosario;

Son aquellas personas que no conocía el sacramento de la confesión;

Son aquellas miles de personas que estaban cansadas ​​de escuchar discursos políticos en los sermones;

Son los pobres que fueron engañados, oprimidos y maltratados por aquellos que los “defendían”;

Son los pobres que no veían las donaciones que llegaban del extranjero para las obras sociales;

Son aquellas familias que eran manipuladas y forzadas a trabajar para que sus hijos reciban el sacramento del Bautismo;

Son aquellos que no vieron la conclusión de las obras de la catedral, a pesar de las numerosas donaciones con las cuales se podría construir otras cinco;

Son los miles de personas que hicieron diariamente 160 procesiones, para pedir que el gobierno no intervenga en asuntos religiosos…


La lista sería larga y ya está muy claro a los ojos de todo el pueblo de Sucumbíos, la diferencia que hay entre la SECTA de ISAMIS, sus herejías, sus horrores..., y la Iglesia Católica Apostólica y Romana, que allí fue representada fielmente por los misioneros Heraldos.

Por sus frutos se conoce el árbol...

Y el el juico final se conocerá el veredicto...