La complicidad de los gobiernos “isamíticos”
latinoamericanos en relación a la situación de la hermana república de
Venezuela es vergonzosa.
Más de siete millones de venezolanos
respaldan la consulta popular organizada por la oposición para desafiar al
gobierno de Nicolás Maduro. Es un 98,4 % que rechazó la Asamblea Constituyente
de Maduro. Pero este último sigue reprimiendo con la fuerza militar y policial a
los manifestantes que diariamente protestan en las calles y que ya han
enterrado más de cien muertos. ¿Hasta cuándo seguirán las cosas así?
Los Obispos de Venezuela se han manifestado
también contra Maduro y han denunciado que el dictador conduce el país al
socialismo comunista y marxisma. Con todas las letras y sin pelos en la lengua.
Maduro, que discursa horas y horas todos los
días, se dedica a decir sandeces propias de un payaso y nunca de un estadista.
Se empeña, por ejemplo, en insultar con vileza a la Canciller Europea y los
Presidentes Santos, Rajoy y Trump. También a Uribe, a Macri… ¿a quién no?
Viendo las posturas cada vez más fatales de
Maduro, empezamos a tener nostalgias de Hugo Chávez…
Ecuador no está a la altura de las
circunstancias:
“Entre
el discurso del presidente Lenín Moreno y su accionar hay brechas grandes y
marcadas. Una de las más claras es en política exterior y su posición frente a
Venezuela, país sumido en horas decisivas y dramáticas. Será por convicción,
inercia u omisión, pero Ecuador se mantiene en el grupo de países americanos
que se rehúsan a hablar claro sobre el decadente y represor régimen de Nicolás
Maduro” (…) “¿Hace falta más
evidencia para que Moreno decida desmarcarse de su antecesor y asumir una
posición digna respecto a Venezuela? Hay que colocarse del lado correcto: de
las víctimas, de la decencia, la libertad y la democracia. ¡Presidente
demuestre coherencia!” escribió con clarividencia en El Comercio Diego Cevallos Rojas.
Desde su voluntario “exilio” dorado, Rafael
Correa, siempre tan apegado a Maduro, calla también.
Y en Sucumbíos todavía hay raros especímenes
que nos siguen hablando de las bondades de Nicolás, de Raúl y hasta del diablo…
Siempre pusieron al socialismo comunista en los cuernos de la luna y no le
faltaron para eso al menos dos tribunas: Radio Mentiras y aquel
comuno-columnista francés desterrado en Guayaquil de la página Opinión de El
Telégrafo.
Como Isamis, Maduro no quiere dejar su puesto
y se pudre.
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