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sábado, 2 de abril de 2016

Radio mentiras “rinde cuentas”…

En su llamada “rendición de cuentas de 2015” publicada en su blog o site, la compañera solitaria no rindió ninguna cuenta: ninguna cifra, ni siquiera aproximada, de entradas, gastos o ganancias. Tampoco se nos dijo cuántos empleados tiene la radio ni cuánto gana cada uno. Eso permanecerá en el misterio. Su nuevo director, Lic. Víctor Gómez, apenas refirió que “los ingresos se reinvierten en la misma institución”. O sea, lo de siempre: ninguna transparencia y una ocasión de llenarse los bolsillos.

También Víctor Gómez nos explicó que los anuncios en la radio son cobrados, pero que hay servicios sociales que no se pueden cobrar, ya que hay gente muy pobre que no puede pagar. Hemos prestado “muchos” de esos servicios, dice. “pero no se han cuantificado”… ¿Así se rinden cuentas?

Hay que decir que con su nuevo director, la radio quiere tomar un rostro más simpático, ya que Víctor Gómez, es un joven que tiene un talento y una simpatía bien superior al malogrado Alcibar (o Anibal?) Bravo que, en diez años de gestión, dio demasiadas muestras de incompetencia.

También el hecho de que una monjita con su hábito religioso estuviera en la mesa presidiendo la sesión, muestra el nuevo perfil que la radio se quiere dar. Recordemos al P. Jesús Arroyo en bermudas o a la impresentable teresiana Susana Alonso…  Hoy, ellos estarían fuera de tono en esa reunión.

Lo cierto es que la exposición de Víctor Gómez deja mucho que desear y nos muestra, una vez más, que Radio Sucumbíos es una empresa comercial acatólica. Es lo más benévolo que se puede decir.

Nos dice que la radio “nació de la preocupación de la Iglesia San Miguel de Sucumbíos”. San Miguel de Sucumbíos es un Vicariato y no una iglesia. Debería de haber dicho “nació de la preocupación de la Iglesia de San Miguel de Sucumbíos”; pero como ellos se consideran una iglesia aparte -y no parte de la Iglesia,- se explica su afirmación…

En 1992 (son los inicios de la emisora) Víctor Gómez explica que la radio “nace luchando junto al pueblo por los 500 años de resistencia negra, indígena y campesina”. Aquí vemos el tenor anticatólico de dicha radio, ya que no valora en lo más mínimo la religión que en buena hora nos trajeron los españoles, entre los cuales hay tantos santos, héroes y mártires. Cuanto a la supuesta resistencia “negra”, es un disparate evocarla en ese contexto.

No valora, entonces, la evangelización… pero dice que su radio “encarna la utopía del Evangelio de Jesús” ¿Qué es lo que los oyentes de esa exposición entienden por esto? Porque hay que tener cabeza hueca o retorcida para digerir sin traumas eso de la “utopía del Evangelio”.

En su palabrerío, que no es más que una cortina de humo para ocultar las cuentas, Víctor Gómez dice que la radio tiene programas educativos, informativos, formativos (?) defendiendo valores como la “solidaridad”, la “cultura de la paz”, la “equidad de género”. No es la paz y la solidaridad lo que practica la radio con los católicos que no están de acuerdo con los isamitas. Contra ellos hacen guerra sin cuartel, ignorando sus manifestaciones o calumniando a sus representantes. Eso lo sabe todo Lago y todo Sucumbíos. Probablemente fue su celo por la “equidad de género” lo que llevó a la emisora a ser vehículo de la consigna isamita: “los heraldistas dicen que las mujeres son impuras”…

Siempre describiendo su filosofía, Víctor Gómez nos explicó en su “rendición de cuentas” que la radio realizó en 2015 una importante campaña de “salud sexual y reproductiva”. Esta campaña, en los términos empleados, favorece la promiscuidad y la anticoncepción, es una campaña anticristiana. ¿Así viven en esa radio la “utopía del Evangelio”?

El verdadero evangelio de la radio parece ser el del gobierno nacional ya que confiesan que están en la “búsqueda del buen vivir”, lo que no es otra cosa que la propuesta del Gobierno del economista Correa que tiene como eje al “socialismo del Buen vivir”. Eso sí que es una verdadera utopía…

En el curriculum del año 2015, el nuevo director de la radio se jacta de que han dado buena cobertura a manifestaciones de protestas. Lástima que la cuaresma o del adviento tuvieron espacios escasísimos. En cambio el futbol o programas dichos de jóvenes (que los deforman en lugar de evangelizarlos) sobreabundaron. Es verdad que dieron cobertura a la visita del Papa. Pero, ¡solo faltaría que una figura del tamaño de Francisco fuese ignorada o despreciada! Aunque no se importaron con criticar a su antecesor, el papa Benedicto.

Entre las emisiones de apoyo a la pastoral de la Iglesia, citan el triduo de la Virgen del Carmen organizado por el movimiento Juan XXIII. Evidentemente no repercutieron a las numerosas actividades promovidas por los carismáticos. Ni nada del apostolado del Oratorio peregrino de la Virgen de Fátima llevado por los heraldos.

Ahora conocemos mejor un poco mejor la identidad de la radio: “antes, dice Víctor Gómez, éramos radio privada. Desde 2015 tenemos otra cédula jurídica, somos comunitaria”. Ese fue otro gran logro de 2015…

Pero la pregunta que alguna vez hicimos desde este espacio permanece: ¿Es  Radio Sucumbíos propiedad del Vicariato Apostólico de San Miguel de Sucumbíos, es decir, de la Iglesia y, a ese título, dependiente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, dicasterio romano que se ocupa de los vicariatos?

Porque quien escucha a Víctor Gómez, sale convencido que entre la Santa Sede y Corape o Aler, la emisora se enfeuda plenamente a estas dos últimas y se zafa sin ceremonia del Vaticano
¿Acaso no constatamos eso cuando el cambio de orientación del Vicariato por ocasión de la salida de Mons. Gonzalo López?

En resumidas cuentas, las cuentas de radio Sucumbíos no fueron publicadas. Sucumbieron en los antros del Puerto Libre o de Aguas Negras.

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