Páginas

sábado, 22 de agosto de 2015

La rana Victoria

Pedro Pierre, El Telégrafo, 19/8/15. Érase una rana joven que vivía en una linda laguna del páramo rodeada por sus compañeras amables, la tranquilidad del agua y la belleza de la naturaleza. Un día la vinieron a pescar y le ofrecieron vivir en un lugar paradisíaco sin que le costara nada. Sin pensarlo más ni conversar con nadie, la rana aceptó porque el señor que le hablaba era muy bien vestido y tenía una voz bien agradable.

Llevaron a la rana a una casa grande donde había muchas ollas de barro que esperaban sobre un horno industrial con las hornillas prendidas. Le dijeron que en cada una de estas ollas había ranas como ella y que estaban muy felices. La pusieron, sola, en una de estas ollas.

Con el tiempo subió la temperatura del agua. Entonces le dijeron que era normal y que todo era científicamente controlado. Hasta le pusieron música de la última moda en inglés. Luego, después de que subiera más la temperatura, le trajeron un televisor plasma 3D de última generación para que viera películas, unas de guerras y otras de sexo. ¡Fue espectacular!

Otro día la sacaron del agua y le dijeron que, como era una de las ranas más educadas y solidarias, le dijeron que le iban a sacar un riñón porque lo necesitaba una de sus vecinas enferma. Por aceptar les regalaron una tableta con tecnología de punta. Mientras tanto, seguía subiendo la temperatura del agua, pero estaba segura que sus benefactores hacían lo mejor para ella.

Otro día le sacaron un ojo… y le dieron un lindo diploma y hasta la imagen de un santo muy milagroso para que le rezara y, en caso de necesidad, lo invocara para que la auxiliara de cualquier peligro. Y la temperatura seguía subiendo: el agua casi hervía. Pero la rana Victoria, obediente, seguía aguantando.

Otra vez vinieron para avisarle que le iban a quitar el corazón y sustituirlo por uno artificial, ya que se necesitaba el suyo para regalarlo al hijo de un magnate de la telefonía de la 5ª generación. Él mismo le regaló un teléfono recién salido al mercado: ¡una maravilla! Le dijeron también que si llegase a morir -lo que era casi matemáticamente imposible- iría a un lugar de más felicidad, acompañada por el santo que le había regalado. Hasta un padrecito le dio la bendición. Pero, en contra de todos los pronósticos, la rana Victoria murió.

Moraleja: ¿No será esta historia de la rana Victoria la realidad de muchísima gente alrededor nuestro y, a veces, de nosotros mismos? Nos aíslan de los demás. Nos meten en un mundo prefabricado por otros y para el beneficio de ellos. Nos hacen pensar que somos los más felices. Vivimos en un infierno que llaman paraíso. Aguantamos sufrimientos que llaman ‘normales’… hasta que nos quitan la vida por pedazos y hasta del todo… porque poco a poco nos hemos acostumbrado a la mediocridad. ¿Cuándo vamos a despertar?

Por eso es que el papa Francisco es tan duro con el sistema que no rodea, que piensa por nosotros y nos dice cómo hay que vivir… Y no nos damos cuenta de que somos puros muñecos en manos de los que se hacen llamar nuestros benefactores, malditos, hasta la eternidad.

Un intento de interpretación… a falta de un Lombardi

La historieta de la rana Victoria es de una estupidez garrafal, llena de indirectas maliciosas al servicio de una ideología bien precisa y en ristre contra otra.

En primer lugar, da entender que la civilización y el progreso son necesariamente malos y que no hay nada mejor que una laguna en un páramo con aguas tranquilas y belleza natural (como si el trabajo humano no sublimase la creación –ese es el tema, precisamente, de la audiencia pública del miércoles 19 de agosto del Papa Francisco en la plaza de San Pedro).

En segundo lugar, es curioso que la música que pusieron los enemigos de la rana del Padre Pierre para que escuchase era “en inglés”…. Una música rusa o cubana ¿hubiera sigo mejor o peor para la rana en apuros? Seguro que las músicas lúgubres del Gulag o de La Cabaña la habrían matado de una vez, antes que se hierva o se frite la cacerola.

En tercer lugar, si es verdad que el autor del panfleto desaprueba las películas de guerra o de sexo –eso da a entender- no tiene más que asumir su sacerdocio y predicar la integridad moral y ponerse a confesar y a exorcizar a los afectados por el pecado… cosa que nunca haría PPP, entre otras razones, porque no tiene integridad moral.

En cuarto lugar, se comprende que PPP critique la tecnología sofisticada que brota del ingenio humano: teléfonos inteligentes, televisión plasma de última generación, tableta de punta, etc. Su modelo de vida es la barbarie tribal, con todos los desórdenes que cargan los selvícolas a los que hay que iluminar con la luz del Evangelio de Cristo y no con El Capital de Marx o con teorías filosóficas postmodernas, impregnadas de sin razón y de ignorancia.

En quinto lugar, el panfletario arremete, bromeando, contra la piedad popular y las devociones ancestrales de nuestra Iglesia como la de Santa Lucía, que es la patrona de las enfermedades de los ojos… PPP no cree en los poderes de intercesión que tienen los santos. Esto no está dicho pero, para quien sabe leer, está sugerido. Para él, los santos verdaderos son gente como Fidel Castro o Hugo Chávez; eso sí lo ha dicho.

En sexto lugar, PPP desprestigia sibilinamente una de las virtudes más excelsas de la vida cristiana: la obediencia. “Pero la rana Victoria, obediente, seguía aguantando”. Por lo visto su rana no es partidaria de la rebelión como lo es él, que esgrime esa bandera, al igual que su guía, Lucifer.

En séptimo lugar, en su historieta no solo niega el valor de la intercesión de los santos, sino que también niega la existencia del cielo y el valor de los sacramentos como el de la confesión, la unción de los enfermos o la simple bendición. La pobre rana Victoria (¿por qué ese nombre si acabará fracasando en su cuento?) la pobre rana es más católica que el sacerdote apóstata.

En octavo lugar, PPP, cual profeta despistado, dice “nos hemos acostumbrado a la mediocridad ¿cuándo vamos a despertar?”. Este ciego no quiere ver lo que salta a los ojos: que el pueblo ecuatoriano de todos los horizontes se está despertando: derecha, izquierda, indígenas; y lo mismo el pueblo brasileño, y el venezolano, etc. Solo él no se despierta; por eso, desde las profundidades de su somnolencia, nos cuenta estas pesadillas ridículas y venenosas.

En noveno lugar, es inadmisible que este panfletario cite al papa Francisco como si fuese su aliado en los disparates que publica. “Por eso es que el papa Francisco es tan duro con el sistema que no rodea, que piensa por nosotros y nos dice cómo hay que vivir…”. Diciendo esto, PPP toma aires de haber descubierto la redondez de la tierra. El papa Francisco, que con su buen corazón hubiera salvado a la rana Victoria de la muerte, no acudirá nunca a refrendar las afirmaciones tortuosas de este columnista. Es una lástima que PPP no tenga un Padre Lombardi para que nos explique claramente el fondo del pensamiento que emana de su pobre mente…

En décimo y último lugar, hay que decir que en el último párrafo de su artículo muestra el veneno por entero: “no nos damos cuenta –dice- de que somos puros muñecos en manos de los que se hacen llamar nuestros benefactores, malditos, hasta la eternidad. (O)”. PPP se considera un muñeco -y no un ser racional, en eso se aproxima de la verdad- dirigido por no se sabe qué “benefactores” a los que les desea, ni más ni menos, que el inferno: “malditos hasta la eternidad”!

Si para este columnista cuentero no existe el cielo, ni los santos, ni el sacerdocio ministerial, existe, sí, el infierno (eso es ser maldito por toda la eternidad)… rumbo al cual él se encamina a pasos rápidos. La rana Victoria, por no tener alma inmortal, acabó su existencia sin pena ni gloria. Pero al ideólogo ingenioso que nos ocupa, le espera un juicio y un destino eterno. ¿Cuál será? El tiempo o, más bien, la eternidad, lo dirá.


La moraleja de estas líneas es que más vale pensar en cosas serias y eternas que en infantilidades del tipo de la rana Victoria.

Post scriptum:
Las mujeres indígenas alzan la voz en las protestas en Ecuador
Una nueva manifestación contra el Gobierno recordó las agresiones que los pueblos originarios han sufrido desde el dos de agosto. http://internacional.elpais.com/internacional/2015/08/20/actualidad/1440044925_098946.html

Pero… PPP está preocupado con su rana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario